Carolina Rocco y Tomás se conocieron a los 14 y 17 años en el colegio en su ciudad de origen Concepción, en Chile. Juntos desde entonces, se casaron en Santiago en 2018. Carolina nos cuenta en primera persona la historia de su relación, de cómo se conocieron, y de cómo vivió la experiencia de encontrar su vestido de novia.
CAROLINA & TOMÁS
“Tomás y yo nos conocimos en el colegio, en Concepción, Chile. Yo tenía 14 años y él 17, y por alguna razón un día nos empezamos a saludar en los pasillos, sin conocernos. Según él que es porque yo siempre andaba sonriendo y sentía que tenía que saludarme.
Concepción es una ciudad donde es muy fácil encontrarse con gente en las calles porque no es tan grande. Un día nos encontramos afuera de un negocio “minimarket”, otro día en una farmacia… y así un día empezamos a conversar, por MSN y en el colegio. Lo más extraño es que éramos de personalidades (aún somos un poco) muuuy distintas. Aun así, nos gustamos y comenzamos a salir. Todos lo encontraban muy extraño por la diferencia de personalidad y de edad, pero aquí estamos, 14 años después seguimos juntos.
Él fue mi primer novio (o “pololo” como le decimos acá) y lo más lindo ha sido que crecimos juntos, nos conocemos demasiado bien, tenemos muchísimos amigos en común, y aún siendo bien distintos tenemos muchas cosas en común, como la música.
Uno de nuestros hobbies y actividades favoritas es que él toca guitarra y yo canto. Para nuestro matrimonio también lo hicimos, y tocamos “Oh Darling” de The Beatles, él con la guitarra, yo cantando, y un grupo de amigos tocando los otros instrumentos.”
“Tuvimos una pequeña pausa, cuando yo me fui a estudiar cocina y pastelería a Le Cordon Bleu en Londres. También estuvimos en una relación a larga distancia entre Concepción y Santiago cuando estudiaba ingeniería comercial. Pero finalmente vino a trabajar a Santiago para que viviéramos en la misma ciudad.
Luego de muchos años “pololeando”, me pidió matrimonio en Los Ángeles, durante un viaje que hicimos a California.”
EL VESTIDO DE NOVIA DE CAROLINA ROCCO
“Antes de casarnos, yo tenía que hacer un máster en ESADE, en Barcelona, y así es como conocí a Yolancris. Como estuve todos los meses anteriores al matrimonio en Barcelona, tenía que buscar el vestido de novia ahí.
Mi idea inicial era poder encontrar el vestido junto con mi mamá y abuela, que viajaron y estuvieron un par de semanas conmigo. Fuimos juntas a algunas tiendas de vestidos de novias, pero la verdad es que fue muy frustrante para mí. No lograba encontrar un vestido que me convenciera, eran todos muy tradicionales, con telas pesadísimas, con muchas capas y capas de tela, y la verdad es que no me sentía cómoda en ellos.
Yo buscaba un vestido que fuera distinto y moderno, pero no lo encontré mientas mi mamá y abuela estaban en Barcelona. Así que seguí buscando sola, y en un viaje a Madrid, entré a una tienda de vestidos de novia, me probé un vestido de Yolancris, y supe inmediatamente que era el vestido para mí. Sentí que alguien lo había diseñado pensando en mí.
Era precioso, con encaje y flecos, con muchísimo movimiento, y era una mezcla entre un vestido moderno y un poco “vintage” por la mezcla de encaje y flecos, o al menos así lo sentí yo. Así que supe que Yolancris era de Barcelona, apenas volví me fui casi directo a la tienda, que en ese momento estaba en Sabadell.
Me probé otros modelos para asegurarme que fuera el que más me gustaba y aunque todos eran preciosos, y tenían ese toque innovador y distinto que yo buscaba, me quedé con el mismo que me había probado en Madrid.
La atención que me dieron fue maravillosa. Sentía un poco de pena por no poder vivir la experiencia completa de buscar, probarme y elegir mi vestido de novia con mi mamá, pero a pesar de haber ido sola a todas las pruebas, siempre me recibieron con mucho cariño en la tienda, por lo que dejó de ser un problema para mí el ir sola.
Iba feliz a todas mis pruebas, sabiendo que todas las personas en la tienda, y Cristina, que también estuvo en algunas, me iban a estar esperando, dispuestas a ayudarme y teniendo paciencia, mientras yo le mandaba fotos desde todos los ángulos posibles a mi mamá para que pudiera verme, aún estando lejos. Y lo más importante, es que pude notar enseguida que eran excelentes en lo que hacen. Pude poner toda mi confianza en ellas, y con eso quedé tranquila.
Aún me acuerdo de Rosa, que fue quien me atendió en todas mis pruebas. Siempre fue muy cariñosa conmigo, que la verdad es que es muy importante porque cuando uno está en ese proceso, salen todo tipo de emociones. Fue lindo sentir que tenía su apoyo, especialmente estando sola allá. Un par de días antes de volver a Chile, tuve mi última prueba y viajé con mi lindo vestido, muy feliz.
LA BODA
Nos casamos el 10 de febrero del 2018 en Concepción (hoy 10 de febrero es nuestro tercer aniversario de matrimonio), y fue un día precioso e inmensamente feliz. Lo disfrutamos tanto, sin nervios, solo felicidad. Me sentía tan bien en mi vestido, muy cómoda. Me sentía linda. Y sigo pensando que es el vestido de novia más lindo que he visto y voy a ver, y tuve la suerte de que fuera mío y poder usarlo. Hasta el día de hoy muchas personas se acuerdan de mi vestido y me escriben, porque de verdad es hermoso.
El lugar del matrimonio estaba ambientado precioso, había muchas luces y espejos para que se reflejaran, muchísimas flores, y me acuerdo que cuando entré, sentí un shock visual por lo lindo que quedó.
Hoy día con Tomás seguimos muy felices juntos, nos dedicamos a cosas muy distintas, pero seguimos apoyándonos siempre. Durante la cuarentena yo cambié totalmente de camino y pasé de estar trabajando en una empresa como ingeniera comercial, a dedicarme a tiempo completo a mi emprendimiento gastronómico, donde comparto recetas en mi Instagram y blog, hago fotografía gastronómica para marcas, clases de cocina, entre algunas otras cosas. Tomás es mi fan número uno, apoyándome y animándome para que me vaya bien y sea aún más feliz, y obviamente yo también a él.”
Carolina Rocco.