Conversamos con la diseñadora de calzado alicantina Ana Marttin sobre la artesanía y la responsabilidad social

Conversamos con la diseñadora de calzado alicantina Ana Marttin sobre la artesanía y la responsabilidad social

Conversamos con la diseñadora de calzado alicantina Ana Marttin sobre la artesanía y la responsabilidad social


Yolancris conversa con la diseñadora de calzado alicantina Ana Marttin, creadora de una capsule de cinco piezas de SS20 y novia para la Firma, sobre la artesanía y la responsabilidad social de las marcas.

Yolancris – Firmes defensores de la artesanía, habéis colocado a la marca en un lugar privilegiado gracias a unos diseños que mantienen el equilibrio entre vanguardia y tradición. Podemos decir que la artesanía es el pilar sobre el que se sustenta Ana Marttin.

Ana Marttin – La artesanía forma parte de nuestro ADN: esta es la tercera generación dedicada al apasionante mundo del calzado, asociada siempre al «hecho en España». Cuando compras unos Ana Marttin, no estás comprando unos zapatos, estás viviendo una experiencia. Por ello ofrecemos a todos nuestras clientas la posibilidad de personalizarlos y hacerlos suyos.

Artesanía, personalización y experiencia, estáis familiarizados con el concepto de “nuevo lujo”.

Para nosotros estos valores representan el verdadero lujo, poder hacer el producto al gusto del cliente, escogiendo el tipo de piel y detalles, desde lazos, borlas, bordados… Cualquier cosa que uno pueda imaginarse, gracias a nuestros artesanos y al amor que tenemos por esta profesión, podemos hacerla posible. Nuestro lema continua con el legado que nos dejó mi abuelo Martín Martínez Ibáñez, el fundador de Martinelli: «el lujo razonable». Solo trabajamos con pieles de alta calidad, consiguiendo productos únicos, a un precio que corresponde con la calidad y trabajo que implica cada una de nuestras piezas.

Producir de forma artesanal y con materiales de calidad efectivamente repercute en el precio, pero el nuevo lujo va mucho más allá de la premisa tradicional de refinamiento, exclusividad y elitismo.

Ana Marttin siempre ha querido que su actividad repercuta en el entorno local a través de un planteamiento ético en el que el 100% de su producción de zapatos se fabrique en la provincia de Alicante, principalmente entre Elche y Elda. La sostenibilidad no es solo una etiqueta o un color. Fabricar de esta forma, pagando lo correcto a los artesanos y trabajando con los materiales adecuados, tiene que ir acompañado de un precio justo. Puede percibirse como elevado ya que estamos acostumbrados a los precios del fast fashion, pero tenemos que darnos cuenta de que la artesanía representa la sostenibilidad en moda y es el corazón de cada sociedad. Protegiendo la artesanía, protegemos el planeta y las comunidades.

Los oficios están en peligro y también es uno de los valores que en Yolancris queremos fomentar y preservar. No obstante, España es muy diferente de otros países en Europa, con muchas regiones diversas con una artesanía muy rica.

Para nosotros, no podría ser de otra manera, necesitamos preservar la artesanía y solamente si nos quedamos en nuestro país, podremos continuar con nuestra filosofía. No podemos entenderlo de otra manera. Aunque sea el camino menos fácil, nos quedaremos en España, en la provincia de Alicante, siempre que haya artesanos y profesionales que luchen por este mismo objetivo de preservar la artesanía y el legado de nuestro país.

Tema muy debatido hoy en día, y cuyo peso se ha acentuado durante la emergencia sanitaria del covid19, este compromiso formaría parte de la responsabilidad social de la marca.

La responsabilidad de las marcas es simplemente aplicar el sentido común, respetando el medio ambiente, formando parte la sostenibilidad de nuestro estilo de vida. No pienso que sea necesario hacer marketing de ello, ni hacer publicidad de las causas que estás apoyando. Creo que cada marca, cada firma, puede ayudar en silencio.


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