Mientras que el desfile de la Bridal Week duró apenas dos horas, fue en el backstage donde los diseñadores y diseñadoras, las modelos y todos los equipos de las firmas, pasaron el día completo. Desde primera hora de la mañana ya estaba todo el mundo en marcha: preparando los vestidos, haciendo los fittings, puliendo los últimos retoques y concediendo alguna que otra entrevista para los medios. A lo largo de la mañana entraban y salían modelos, celebridades e influencers, que se probaban los vestidos, ensayaban para la pasarela y comentaban la jugada entre ellas. La caña empezó después de comer, cuando el reloj ya no daba más margen para distracciones y la hora del desfile se acercaba.

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Maquillaje y peluquería empezaba a las 5 de la tarde, pues los profesionales tenían que dejar a punto a todas las chicas y chicos que desfilaban en cada una de las marcas; en total unas 100 personas. Es uno de los momentos más caóticos y tranquilos a la vez. De fondo el ritmo no para, pero la calma se instaura cuando la modelo o influencer toma asiento para que la maquillen y le arreglen el pelo. En este preciso momento, lo único que importa es el trabajo de los maquilladores y peluqueros, que con su profesionalidad y experiencia, dejan impecables a todas las protagonistas de la noche.

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Sin embargo, el momento más emocionante son siempre los minutos antes de salir a desfilar. Las modelos concentradas y nerviosas a la vez, las influencers y celebrities, menos acostumbradas a desfilar, deseándose suerte entre ellas, y todo el equipo de Yolancris ultimando detalles para que todo saliese lo mejor posible. Tanto la hermana de Virginia Varinelli, Viola Varinelli, como el novio de Marta Sierra, estuvieron acompañando a las influencers en todo momento. Los cuatro establecieron una buena relación entre ellos y hasta compartieron una copa al acabar el desfile.

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